¿No
me entiendes? (¡Paranoia!)- si te entiendo-
Tu mente esta desnuda. Yo abrigo mi cerebro
con mi cráneo, con mi pelo y con el aire. Con
las
más calladas de todas las palabras.
Impenetrables
son mis sueños.
Tú desnuda ante mis ojos,
El frio cala las plantas,
Tú desnuda, te muestras y desarmas,
te alarmas pues, no tienes armas.
Menos
que nada tienes calma,
me
hablas del alma,
me
ablandas
No
me entiendes, no comprendes.
Atacada,
desesperada y asustada.
Yo
no he enloquecido, el mundo lo ha hecho y me ha atado a sus tierras y a sus
mares,
A
sus naves y a sus grises
¡a
sus fuegos y a sus humos!
Nos
ha condenado y ha de condenar a las nacientes creaciones.
Las
contradicciones se contradicen y hasta los imbéciles redundan de manera genial.

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