lunes, 17 de diciembre de 2012

No es simple


No es simple relatar los temores que emergen de cada superficie que compone ese bloque de cemento con fierros desgastados y rotas ventanas. Sobre todo cuando sabes cual será su mal pasar por las oscuras instalaciones de este, mi  cuartel, que escupe sangre directamente desde sus raíces.

  Los visitantes que quieran alojar tendrán que pasar bajo mi lupa si quieren hacerse parte de este grotesco y moderno acto de tortura. ¡Si! Deben saber que el diablo es mi empleador y yo gusto de acceder, a cambio de mis servicios, a los más suculentos tipos de banquetes que pueda uno conseguir en una sociedad que no acostumbra a tratar con los caníbales del 2012.

 Puedo quitarte el corazón y venderlo al mejor postor, o simplemente me deleito de los suculentos manjares que pueda arrancarte. Me encantan tus ojos, necesito ver, observar esa Cornea vaciada con mi Cucharilla oxidada por los años. El oxido le da un sabor especial a los muslos. Mas  aun si los acompaño con las secreciones pulmonares de los que no me como vivos, sino muertos.
 Es un espectáculo para la riza cuando camino hipnotizado producto de la mescla de sueño y placer, cuando bajo escalas con mi  pelo de paja desordenado, la espalda encorvada, mis ojos gigantes y enrojecidos, y esa riza de estúpido que parece quisiera imitar a las hienas.  ¿Y la sangre?...  desciende grumosa,  haciendo gala de la hermosa compañía que le hacen los coágulos que caen  mentón abajo produciendo un jugoso sonido en el suelo  y un eco en los fríos pasillos.

  No podría estar mucho tiempo en tu compañía contándote la historia de mi trabajo, de los placeres del día a día, y los de las noches, ya que es allí donde puedo mostrar ante mis aprendices  cuan sangriento pueda llegar a ser el espectáculo que yo  entregaré  a ese público aterrorizado, que gime con espanto tras cada mordisco feroz. Aterrorizado,  Pero tan servil, que no debería quejarme de los servicios que brindan estos hijos de puta.

 Bueno, veo que me desvío del punto. Por lo tanto no me explayaré sobre otros asuntos, te diré de manera sucinta, que siento hambre al ver como lees mis palabras. Sería hermoso para mí poder hacer que todas las letras que conforman palabras, y las palabras mismas, que conforman oraciones y líneas y mas líneas, cobraran espectacular fuerza y se unieran para estrangularte, en ese mismo momento te comería la lengua, te sacaría los dientes y se los llevaría de obsequio a la puta mujer del vecino de mi casa, a esa puta que le gusta  que la saque a pasear de la mano a los prostíbulos en los que le he introducido. Ella dice que me ama, y sinceramente, no se si la maldita droga la esta poniendo estúpida, o no se si el dinero que le saco de esos clientes locos  (que les gusta fornicar de veinte a la ves a la misma negra las 24 horas del día) la está haciendo pasar hambre y mucho frío, tanto que con los malditos mocos del resfrió que tomó, se le ha infectado el cerebro y le esta a punto de estallar en mil pedacitos desparramando pus a su antojo  ¿no es delicioso?, por la limpieza no se deben preocupar mis queridos  colaboradores, mi lengua hará el trabajo sucio.

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