No es simple relatar
los temores que emergen de cada superficie que compone ese bloque de cemento
con fierros desgastados y rotas ventanas. Sobre todo cuando sabes cual será su
mal pasar por las oscuras instalaciones de este, mi cuartel, que escupe sangre directamente desde
sus raíces.
Los visitantes que quieran alojar tendrán que
pasar bajo mi lupa si quieren hacerse parte de este grotesco y moderno acto de
tortura. ¡Si! Deben saber que el diablo es mi empleador y yo gusto de acceder,
a cambio de mis servicios, a los más suculentos tipos de banquetes que pueda
uno conseguir en una sociedad que no acostumbra a tratar con los caníbales del
2012.
Puedo quitarte el corazón y venderlo al mejor
postor, o simplemente me deleito de los suculentos manjares que pueda
arrancarte. Me encantan tus ojos, necesito ver, observar esa Cornea vaciada con
mi Cucharilla oxidada por los años. El oxido le da un sabor especial a los
muslos. Mas aun si los acompaño con las
secreciones pulmonares de los que no me como vivos, sino muertos.
Es un espectáculo para la riza cuando camino
hipnotizado producto de la mescla de sueño y placer, cuando bajo escalas con
mi pelo de paja desordenado, la espalda
encorvada, mis ojos gigantes y enrojecidos, y esa riza de estúpido que parece
quisiera imitar a las hienas. ¿Y la
sangre?... desciende grumosa, haciendo gala de la hermosa compañía que le
hacen los coágulos que caen mentón abajo
produciendo un jugoso sonido en el suelo
y un eco en los fríos pasillos.
No podría estar mucho tiempo en tu compañía
contándote la historia de mi trabajo, de los placeres del día a día, y los de
las noches, ya que es allí donde puedo mostrar ante mis aprendices cuan sangriento pueda llegar a ser el espectáculo
que yo entregaré a ese público aterrorizado, que gime con
espanto tras cada mordisco feroz. Aterrorizado,
Pero tan servil, que no debería quejarme de los servicios que brindan
estos hijos de puta.
Bueno, veo que me desvío del punto. Por lo
tanto no me explayaré sobre otros asuntos, te diré de manera sucinta, que
siento hambre al ver como lees mis palabras. Sería hermoso para mí poder hacer
que todas las letras que conforman palabras, y las palabras mismas, que
conforman oraciones y líneas y mas líneas, cobraran espectacular fuerza y se
unieran para estrangularte, en ese mismo momento te comería la lengua, te
sacaría los dientes y se los llevaría de obsequio a la puta mujer del vecino de
mi casa, a esa puta que le gusta que la
saque a pasear de la mano a los prostíbulos en los que le he introducido. Ella
dice que me ama, y sinceramente, no se si la maldita droga la esta poniendo
estúpida, o no se si el dinero que le saco de esos clientes locos (que les gusta fornicar de veinte a la ves a la
misma negra las 24 horas del día) la está haciendo pasar hambre y mucho frío,
tanto que con los malditos mocos del resfrió que tomó, se le ha infectado el
cerebro y le esta a punto de estallar en mil pedacitos desparramando pus a su
antojo ¿no es delicioso?, por la
limpieza no se deben preocupar mis queridos
colaboradores, mi lengua hará el trabajo sucio.

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