lunes, 17 de diciembre de 2012

Un muy buen comienzo


Se paró frente a la señorita secretaria del servicio de vehículos motorizados de Santiago, le preguntó  el precio de la transferencia de una motocicleta que acababa de adquirir a una ganga. Esta comenzó a darle las respectivas informaciones que el muchacho requería entre palabras y rizas. La mujer lo miraba como queriendo detener ese momento y hacerle mil preguntas acerca de su vida. El muchacho se daba cuenta claramente de que algo en él provocaba cierta excitación en la señorita y buscaba hacer su tramite lo mas corto posible para extenderse de una forma mas intima con la secretaria.  por su mente no pasó en ningún instante, que detrás suyo había una fila de aproximadamente 30 personas que miraban el reloj y solo les preocupaba hacer notorio a los empleados del establecimiento  que estaban descontentos y apurados, con esto esperaban hacer de algún modo mas expedita la atención.  Al cabo de unos minutos, la secretaria le extendió un pase para que se dirigiera a cancelar en caja, este con una sonrisa que denotaba extrema picardía le preguntó:
_ ¿a que hora sales?
_ ¿por qué? ¿Me vas a invitar a alguna parte?  Nunca he andado en moto –sonreía Coquetamente-
-claro, te paso a buscar a la…
 En ese mismísimo momento tuvo que interrumpir sus palabras, ya que los insultos que le proferían un adolescente junto a su padre desde casi el final de la cola, eran ya bastante ofensivos y comenzaban a entonarse muy fuerte. Rápidamente dio media vuelta y se dirigió cual flecha hacia donde estos dos se encontraban.
_¡cual es su problema, conchas de su madre!, ¡¿es que van a respetar mi turno en la fila callados o tendremos que salir de inmediato a arreglarnos?!
El inmenso  padre  se dirigió en dirección de su oponente (estaba  rojo como un tomate), dejó caer un puñetazo justo en medio de los ojos del flacucho muchacho, quien cayó sobre su espalda y se arrastró casi un metro por el suelo. Las mujeres gritaban alteradas en contra de la secretaria, y llamaban a la policía, o a los guardias. Los hombres de la fila, a su ves, alentaban al gran padre para que terminara su trabajo con el “galán”, quien  sangrando de sus narices y poniéndose de pie tambaleando, tomó uno de los fierros que se utilizan para separar las filas y propino un golpe justo en el cráneo de su contrincante. Luego se dirigió al hijo, contra quien también  descargó un fuerte golpe. De un momento a otro se encontraron ambos parientes inconscientes en el suelo. Entre lágrimas, gritos y sangre que brotaba de sus narices  nuestro galán se devolvió donde el gran padre y gritando como un loco, asestó uno tras otro golpe justo en la cabeza del malogrado padre. En total: doce fierrazos en el cráneo. Al llegar la policía corrieron a apalear y arrestar al muchacho quien se encontraba todo ensangrentado y de rodillas mirando el cadáver. Así fue pues como comenzó el romance de Ernesto y Priscila. 

2 comentarios:

  1. que intenso ...
    me gusta la redacción es clara e imaginable .. sin embargo corregiría lo de " sus narices" ya que si es violento como cualquier ser humano sin lobulo frontal .. debe tener una nariz .. no dos ..

    saludos

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  2. jaj, gracias paloma, igual se entiende que se refiere a LAS FOSAS NASALES, gracias por tu comentario.

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